Cómo quitar el chupete al bebé ¡Trucos y Consejos!

A partir de los 15 – 18 meses se puede comenzar a quitar el chupete. Algunos padres y madres pueden estar preparados para afrontar este cambio. Si bien, el pequeño puede decir que no es el momento y que quiere seguir con él. Entonces, ¿cómo actuamos?

¿Cuándo es conveniente sacarle el chupete al bebé?

En torno a los 15 – 18 meses, antes de los dos años. ¿Por qué? Porque el chupete lo que hace es repercutir negativamente en el desarrollo del pequeño.

El chupete puede desencadenar en una deformidad del paladar, en una mordida abierta o en una mordida cruzada. Incluso puede llegar a afectar al lenguaje, a la pronunciación y a la correcta fonación.

Por lo tanto, no es recomendable abusar de él.

¿Qué sucede si “no me atrevo a quitarle el chupete”?

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Para empezar, tú eres el adulto y tú decides sobre el pequeño. Si ya comienzas a dejar que él tome decisiones tan importantes sobre su evolución sobre esta, imagínate en un futuro. Se convertirá en un niño sin valores, que no respetará el “no” de sus padres y que pensará que todo aparece por “arte de magia”, con llorar o enfadarse.

Así que, si quieres criar de forma adecuada a tu hijo, es conveniente que te empieces a responsabilizar de todo lo que sucede a su alrededor. El pequeño a partir de los 3 meses ya es consciente de chantajear a sus padres o de cómo manipularlos ante sus llantos. No son tan ingenuos como parecen.

Es conveniente tomar la decisión de sacarle el chupete a los 15 o 16 meses para comenzar el proceso de desapego a este objeto poco a poco.

¿Por qué se utiliza el chupete?

El chupete se da al comienzo de su nacimiento debido a que el pequeño tiene el reflejo de succionar. Es una necesidad, ya que le ayuda a alimentarse. Por lo tanto, al principio sí tiene una función de adaptación y satisfacción.

El bebé se calmará, se sentirá mejor y lo protegerá del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Hasta los 15 o 18 meses podrá utilizarlo sin problema. A partir de este momento habrá que ir reduciendo su utilización y trabajando el “desapego” con este objeto.

Puedes utilizar el chupete desde el nacimiento del pequeño para satisfacer su necesidad de succionar.

Cómo quitar el chupete sin traumas, ¡7 Claves Prácticas!

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1. Ir poco a poco

Roma no se construyó en dos días y tu hijo no va a dejar el chupete de la misma forma. Así que, ten paciencia. Comienza a sacarlo durante el día, varias horas y ve aumentando. A la noche vuélveselo a dar. El momento nocturno es el más complicado. Por eso comenzaremos por el día.

2. Cambio de habitación

Lo cambiamos de habitación o lo cambiamos de casa. Por ejemplo, un fin de semana con los abuelos o una escapada de fin de semana. Le explicamos que como hoy no se duerme en la misma estancia, tampoco se utiliza chupete, porque son cambios importantes.

3. No te preocupes

Si el pequeño siente que estás preocupado y pendiente de su comportamiento, será más consciente de que algo está sucediendo. Trata de naturalizar lo que pasa y de actuar como si no se hubiera producido ningún cambio. Esto debes hacerlo tanto tú como tu pareja o personas cercanas.

4. ¡Cuéntale un cuento!

Cuando hayas decidido quitárselo cuéntale un cuento en el que se explique que se hace mayor y el chupete desaparece. De esta forma, será mucho más fácil para él afrontar este desapego. Puedes inventarte la historia como más te guste. Recuerda que en estos momentos los pequeños creen firmemente en la magia y en todo lo que les cuentes.

5. No te enfades

Algunos niños se comportan de forma fácil y son proactivos a la hora de dejar el chupete. A otros les cuesta más. Si en algún momento llora o no logra dejarlo al ritmo que tú habías pensado. Para y tranquilízate. No te enfades.

Seguramente necesite más tiempo. Por eso es conveniente comenzar con los cambios a los 15 meses, para ir paulatinamente dejando este hábito. También a los adultos nos cuesta cambiar las costumbres a las que nos hemos adaptado a lo largo del tiempo.

6. Cambia el ritual de dormir

Si el bebé está acostumbrado a dormirse con el chupete cambia el estímulo. Puede ser un cuento – aunque siempre se debería leer con ellos desde pequeños -, una nana, una canción de fondo, una luz… Algo que le ayude a quedarse dormido sin preocupaciones.

7. Ser constantes

Esta es la clave esencial. Si has tomado la decisión de quitarle el chupete no puedes volver atrás y dárselo en algún momento. ¿Por qué? Porque si vuelves atrás destrozarás el camino andado y será mucho más difícil volver a comenzar.

Así que, paciencia y ve poco a poco. No te preocupes que terminarás consiguiéndolo. Nadie ha dicho que educar sea una tarea fácil, es una de las más complicadas.

¿Cuándo hay que preocuparse?

Generalmente no vas a tener que preocuparte a no ser que sustituya el chupete por el dedo.

En este caso lo que va a hacer es deformar su boca y también el dedo que chupa. Será mucho más complicado ya que el dedo no podrás quitárselo. Si es un proceso esporádico, no pasará nada, pero si se convierte en un hábito, sí.

Cuando esto se produce hablad con el pediatra y comentadle vuestra situación. Puede ser síntoma de ansiedad, de miedo, de falta de afecto… Evaluad si hay patrones comunes ese día que se chupa el dedo. Por ejemplo, si ese día le prestas menos atención.

Por otra parte, hay niños a los que les cuesta mucho dejar el chupete y que tratarán de utilizarlo cuando alguna situación los desborda. Por ejemplo, en un momento en el que no se le presta atención, cuando se le hace más caso a otra persona, por celos, problemas de adaptación a un evento nuevo como la guardería…

¿Qué es lo que desencadena que busque o quiera el chupete? Es fundamental que le prestes mucha atención y que lo trates con cariño en estos momentos. Suelen sentirse muy vulnerables y necesitar mucho amor.

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