Durante el embarazo se producen gran cantidad de eventos, asociados a los cambios hormonales maternos que permiten la formación continua de una nueva vida al cabo de 36-38 semanas.
De esta manera, cada uno de los aparatos y sistemas se crea a partir de un cúmulo de células con elevado potencial de replicación, conocidas como células madres pluripotencionales. En torno a ello se refieren algunas malformaciones del nacimiento como el útero bicorne, la cual será descrita a continuación.
¿Qué es un útero bicorne?
La génesis de un ser humano comprende la adquisición de diversas características fenotípicas (externas) que lo clasifican como perteneciente a un grupo de semejantes, sin embargo, en algunas ocasiones se pueden presentar ligeros cambios, conocidos como variantes anatómicas.
A este grupo de variantes se les acredita el nombre de “malformaciones congénitas”, comprendiendo un sinfín de posibilidades que pueden tener desde efectos insipientes, hasta resultar incompatibles con la vida.
En relación con el desarrollo embriológico del aparato urogenital, todo surge de la formación inicial de una estructura denominada gónada indiferenciada, a partir de la cual mediante efectos inducidos por hormonas como la testosterona, la misma se desarrolla hasta obtener un aparato reproductor femenino o masculino completamente diferenciado.
No obstante, aún bajo los criterios clásicos que permiten identificar el aparato reproductor según género, se pueden presentar leves modificaciones dentro de cada uno. Como ejemplo de ello, se mencionan las diferentes posiciones en las que se puede encontrar el útero, al igual que variaciones en su forma definitiva.
Haciendo énfasis en las variaciones referentes a la forma del útero (también conocido como matriz), se describe el útero bicorne. No obstante, para saber identificarlo se debe conocer primeramente la forma anatómica del mismo.
Un útero normal presenta una forma periforme invertida (semejante a una pera invertida en su eje vertical) en donde el segmento superior se denomina fondo y el inferior cérvix o cuello. En el caso particular de esta malformación uterina, el mismo adquiere una forma semejante a un corazón en vista de que el fondo se encuentra parcialmente segmentado en su eje central, formándose dos protuberancias (una a cada lado), conservando un solo cérvix en el inferior (unicervix).
¿Afecta la fertilidad el útero bicorne?
Posterior al acto sexual, en caso producirse la fecundación de un óvulo, el mismo se dirige naturalmente a la pared postero superior del fondo uterino con la finalidad de implantarse en el tejido endometrial y a partir de allí comenzar la formación de la placenta y el embrión, dando origen a un bebé.
En el caso de los úteros bicornes, el fondo uterino se encuentra dividido en su eje central por un tabique que limita la disponibilidad de un espacio en el cual se pueda producir la implantación.
Fisiológicamente, la zona que confiere mejor anclaje del saco gestacional y mayor aporte de nutrientes, es la mencionada en condiciones fisiológicas, por lo que, en caso de que aunado a esta malformación se logre la implantación en un área diferente, existen numerosas complicaciones a las cuales hay que prestar suma atención durante toda la gestación.
Aunque ciertas asociaciones de expertos aseveran que no existen factores que en esta condición sean predisponentes a la infertilidad, se ha demostrado que aquellas mujeres que la poseen presentan mayor probabilidad de embarazos de alto riesgo.
No obstante, en la mayoría de los casos la infertilidad posee una etiología multifactorial, por lo que su tratamiento comprende el manejo de diversos aspectos simultáneamente. Al igual, que se deben descartar posibles causas dependientes de la pareja.
¿Es más probable un aborto involuntario?
Ciertamente, el útero bicorne puede aumentar el riesgo de abortos espontáneos. El hecho de que el embrión se implante en una ubicación distinta a la habitual condiciona a que la zona de anclaje de la placenta no presente las características ideales, lo cual conlleva a complicaciones del embarazo como: desprendimiento prematuro de placenta, envejecimiento placentario, hipoxia fetal y parto prematuro.
Del mismo modo, la disposición de las fibras musculares en el útero bicorne puede conllevar a que se produzcan contracciones uterinas prematuras que aumenten el riesgo de expulsión involuntaria del producto de la concepción.
Cabe mencionar, que en caso de que la gestación avance hasta la etapa final, al momento de iniciarse las contracciones uterinas, es probable que las mismas no contengan la intensidad y frecuencia necesaria para conducir el efectivo descenso del bebé a través del canal del parto, requiriendo un abordaje quirúrgico vía alta (cesárea segmentaria) para el nacimiento del mismo.
Asimismo, una mujer con un útero bicorne tiene mayor probabilidad de dar a luz a un bebé con malformaciones congénitas asociadas al reducido espacio de la cavidad uterina, en vista de la presencia del tabique que separa la misma en dos protuberancias.
Estudios previos reportan que bebés producto de concepciones en un útero bicorne, poseen un alto riesgo de anomalías congénitas cuatro veces mayor que aquellos provenientes de una mujer sin la condición.
Del mismo modo, todo esto puede favorecer que el bebé adopte una posición anómala dentro del saco gestacional, poniendo en riesgo su vida tanto durante el periodo del embarazo, como al momento del nacimiento.
Síntomas
En la mayoría de los casos, la condición de útero bicorne suele pasar desapercibida al no generar ningún síntomas y representar un hallazgo incidental en el cheque ecográfico control de la mujer.
Sin embargo, se han reportado algunos casos en los que puede cursar junto con: dolor menstrual, dispareunia (dolor durante el coito), menstruación abundante y prolongada, sangrado inter menstrual, intentos de embarazos fallidos a repetición.
Causas del útero bicorne
Desde la semana 5 del periodo gestacional, se comienzan a producir los cambios relacionados con la formación del aparto genial. Una vez alcanzada la semana 15, existen dos estructuras tubulares ubicadas a cada lado de la cavidad abdominal del embrión, estas se denominan conductos paramesonéfricos o de Müller, los cuales posteriormente se fusionan en el eje central del mismo para dar origen a parte del útero y las trompas uterinas.
No obstante, en caso de que ocurra alguna alteración durante dicha fusión, se presentan variantes anatómicas como ésta. Cabe destacar que esta condición es completamente impredecible, no existe alguna causa implícitamente adjudicada al evento, al igual que no existe nada que se pueda hacer para evitar que se suscite.
Diagnóstico
El diagnóstico es netamente imagenológico mediante técnicas como la ecografía, tomografía contrastada, resonancia magnética, laparoscopia y la histeroscopia.
Todas estas permiten hacer una reconstrucción bi o tridimensional en la cual se pueda evaluar las características externas del mismo, al igual que descartar que existan otras malformaciones asociadas.
¿Cuándo ver a un doctor?
En todo momento, si observas algún cambio en tu cuerpo que llame tu atención o tienes alguna duda sobre el tema, debes acudir inmediatamente a consulta médica.
No obstante, si ya has sido diagnosticada con ésta malformación, debes acudir igualmente a chequeo ginecológico según la frecuencia que tu especialista de cabecera indique. Es importante que cumplas rigurosamente todas sus indicaciones, al igual que no faltes a ninguna de las consultas para confirmar que tu vida no corra ningún riesgo.
Otras anomalías uterinas
Durante el desarrollo embrionario se pueden presentar diferentes malformaciones del aparato reproductor femenino. Además del útero bicorne, existen otras de notable incidencia, entre ellas:
Útero septado: mediante una banda de tejido muscular o conectivo, la cavidad uterina se divide completamente es dos mitades. Esto puede conllevar a una ilimitada cantidad de abortos espontáneos, al igual que alteraciones del ciclo menstrual y problemas de pareja relacionados con disfunción sexual.
Útero unicornado: también conocido como unilateral. En ésta malformación se forma solo la mitad de la matriz, generándose severos problemas desde el desarrollo sexual en la pubertad hasta la fertilidad en la etapa adulta.
Tratamiento y cirugía
El tratamiento de primera línea consiste en la corrección quirúrgica mediante una cirugía denominada metroplastia.
La cicatriz residual será similar a la realizada en una operación de cesárea. Después de una cirugía exitosa, la futura madre debe esperar a que la herida sane por completo antes de volver a intentar salir embarazada.
Aproximadamente, la cicatrización demora entre tres y cinco meses durante los cuales se debe cubrir al paciente con antibióticos, analgésicos y además una alimentación balanceada.
¿Es malo tener un útero en forma de corazón?
Sustancialmente, el que tu cuerpo presente un variante anatómica no tiene porque representar mandatoriamente una situación negativa, puedes cursar la mayor parte de tu vida sin presentar ningún síntoma o complicación.
Del mismo modo, se debe aclarar que esta malformación no presenta ningún carácter genético que lo haga hereditario.
Sin embargo, también existe el riesgo de que las pacientes comiencen a padecer de endometriosis lo cual por si solo disminuye las probabilidades de quedar embarazada.
Prognosis
El pronóstico de la vida sexual y reproductiva de una mujer con útero bicorne es muy variable. De poseer la capacidad suficiente, el embarazo aún bajo estos términos puede llevarse a cabo sin complicaciones.
El embarazo en estas mujeres requiere de vigilancia y medidas estrechas de prevención de aborto espontáneo, desarrollo de incompetencia cervical y sangrado anormal. En este orden de ideas, cuando existe considerable riesgo de interrupción del embarazo en etapas avanzadas del mismo (después de 26 a 28 semanas de gestación), se indica una cesárea de emergencia para salvar la vida del feto y la madre.
En cuanto a aquellas pacientes que optan por la intervención quirúrgica correctiva, estudios previos han demostrado que el riesgo de aborto espontáneo en mujeres con un útero bicorne se reduce de 90% a 30%.
Resultados del embarazo con un útero bicorne
Luchas por seguir adelante con el embarazo: como se ha mencionado anteriormente representa un verdadero desafío durante 09 meses.
Menos posibilidades de completar el embarazo: un útero bicorne no es una condición ideal para que crezca un feto. Un feto formado en este ambiente anormal reduce las posibilidades de continuar el embarazo a su término completo.
El feto puede estar posicionado irregularmente: si el feto se implanta en la sección mayor del útero bicorne, el embarazo podría continuar hasta su término completo. A pesar de esto, la posición del feto puede ser anormal y por lo tanto dificultar el proceso del parto.
Alta probabilidad de aborto involuntario: casi la mitad de las mujeres con esta anomalía sufren algún aborto.
Alta probabilidad de parto prematuro: las posibilidades de tener un bebé sano a término son muy escasas (1 de cada 4 mujeres).
Posibilidades de retraso del crecimiento fetal: El niño por nacer puede verse afectado con restricción del crecimiento intrauterino al verse obstaculizado durante su desarrollo. En esta condición, según la edad gestacional, el recién nacido podrá tener un peso extremadamente bajo en comparación con el esperado.
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